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miércoles, 5 de julio de 2017

The Curse of the Flame - PROLOGO

Bueno no sabía hacerlo o no...pero como dije que lo haría aquí va C:
Quise subir el prologo de esa historia de la que comenté la otra vez que se me borró completa dos veces y quise no continuarla, pero animé a subirla aquí al menos el prologo...
soo c:
Aquí va c:

THE CURSE OF THE FLAME



PROLOGO
Todo giraba a mi alrededor, todos rebotada de un lado al otro y el ardor en mi piel, mis ojos y ese terrible dolor en la cabeza definitivamente no hacían mejor la situación. Abrí los ojos lentamente, el fuerte aire que corría por todos lados evitaba que pudiera abrirlos completamente y causaba ese horrible ardor, miré a mi alrededor, podría ser totalmente doloroso, pero una cosa es seguro, la vista es espectacular. Podría ver fragmentos de mi dimensión por doquier, algunas plantas exóticas rotas de la comunidad roja, las estatuas de oro puro de las figuras humanas importantes de la comunidad plateada, como también montañas llenas de verde y tierra, un sol amarillo resplandeciente que con solo verlo unos segundos me causaba una mini-ceguera que no duraba ni un segundo pero sí que mareaba, el agua de las lluvias y las nubes que al tocarla podían ser confundidas fácilmente con algodón, todo era mágico, hermoso...humano.
De repente la magia se rompe, siento mi cuerpo golpearse contra un suelo de madera y el dolor esparciéndose por todas partes debido a la fuerza del impacto. Me retuerzo en el suelo y me quedo unos segundos quieta, respirando con fuerza para adaptarme al cambio de ambiente. Primero abro los ojos, todo me resultaba tan extraño pero al mismo tiempo algo emocionando.
<< Definitivamente eso no será algo que le diga a Aurora cuando la vea >> pienso.
Con el paso de los segundos comencé a ser más consciente de la situación y a salir de mi aturdimiento, pude escuchar los susurros de la gente a mis costados, el olor a la comida (¡TOTALMENTE EXQUICITA!), el ruido de la música tocada en vivo por esos bellos instrumentos clásicos...todo tan...tan de película barata de contrabando. Una extraña comparación, lo sé.
Me levanto del suelo luego de unos minutos, me sacudo la ropa blanca y me encamino hacia una de las mesas, aunque rápidamente atrapo las mirada de toda la gente del restaurante nuevamente, aunque más que un restaurante parecía una taberna, con el suelo de madera bien limpiada, el techo hecho de piedras y... ¿esqueletos de animales? ¿Qué diablos? Las mesas eran de madera de igual forma, como también las sillas que en hallaban a los costados, una vela encendida sobre una pequeña cerámica se encontraba en el centro de todas las mesas, había una barra, de madera igualmente, en el centro de la taberna, donde un hombre de rasgos asiáticos servía los tragos en copas de cristal y la gente que los tomaba se sentaba sobre altas sillas de madera igualmente en las esquinas de la barra y se reían entre ellos de vete tú a saber que chistes, aunque realmente parecían borrachos más que nada.
Rápidamente me di cuenta de que algo andaba mal, el lugar era clásico, tal vez demasiado, su estilo no era como el de los restaurantes intentando copiar el estilo antiguo y clásico de las tabernas del siglo XVII. ¿Era posible que...que hubiera habido una equivocación en el viaje y esté en el año equivocado, siglo equivocado?
- Hola, preciosa.-se acerca un joven de cabellos castaños hasta la mesa donde me encontraba sentada.
Rápidamente por instinto me aparte a un lado, no solo por el hecho de que me hubiera hablado repentinamente sino por...por su alma. Puede ser algo difícil de explicar cómo es que funciona todo... Yo soy un dragón, ya, se siente demasiado bien siquiera pensar en eso y que no haya nadie que pueda ver tus pensamiento como ocurre en casa. Mi especie no es cualquiera, son los dragones dorados, muchos nos consideran desde los dragones más sabios y con el clave para, bueno, prácticamente todo. Los secretos del 'universo', la vida eterna, tantas cosas que honestamente perdí la cuenta. Fuese como fuese, una habilidad que poseemos todos los dragones es el poder ver el alma de cualquier criatura a simple vista, las almas azules o de tonos cercanos son las más puras, almas caritativas, buenas de corazón y con buenas intenciones; mientras que las almas blancas, grises o de tonos cercanos a estos dos colores son las almas más viles, crueles, despiadadas o egoístas, simplemente 'malos'.
Sobre el alma de ese chico, era demasiado cercana al blanco, era un celeste tan pálido y casi sin color que fácilmente podía ser confundido con blanco: totalmente aterrador.
- ¿Qué quieres? –escupo.
Hablar, usar mis labios, mi boca, mis cuerdas bocales, mi garganta, todo eso era extraño, si estando en mi estado natural ya se me hacía complicado y difícil, tomando una forma humana lo era mucho más y al mismo tiempo un poco doloroso, me tardía en adaptar a esto.
- Cálmate, ¿quieres? –la sonrisa se borra de su rostro tras mis palabras.- Solo vine a colaborar con tu negocio.
- ¿De qué hablas? Yo no tengo ningún negocio.-respondo con seriedad.
- Sí claro, ¿crees que no sé qué eres una prostituta de las recién llegadas? –sonríe con malicia.
Mi rostro se desfiguró por la rabia. << ¡QUÉ CERDO! >> pienso. Durante un rato de verdad pensé que la humanidad había cambiado desde la última vez que los fui a visitar, hace al menos unos doscientos años, o al menos así sería en el tiempo de la tierra, las cosas son demasiado diferentes (entre ellas el tiempo) en mi dimensión. Qué gran decepción me estaba llevando de la humanidad, al parecer nosotros sí que somos mejores que ellos.
- ¿Cómo me acabas de llamar? –respondo con frialdad.
- Lo que eres, puta.-sonríe el muchacho recalcando en la última palabra.
Lo siguiente que pasó simplemente no lo pensé, fue más algo de instinto que nada: levanté mi mano rápidamente y abofeteé con la palma de mi mano su mejilla, la fuerza que utilicé posiblemente sí fue más de la que debía, tenía que tener en cuenta que a pesar de mi forma humana, mi fuerza sigue siendo muchicimo mayor a la de cualquier ser humano...un pequeño detalle. Fuese como fuese pude oír el sonido de mi palma contra su mejilla y al parecer todos los demás también lo escucharon, puesto que se voltearon a mirarnos con cara de horror. Era malo tocar a los hombres, ¿no?
- ¡TÚ, PEQUEÑA ZORRA! –grita tomando la muñeca de mi mano con fuerza y tratando de jalarme fuera de ahí.
- Creo que no has aprendido que a mí nadie me llaman 'zorra', cerdo.-escupo. Me suelto del agarre del humano y le dio una patada en las piernas lo suficientemente fuerte como para hacerlo caer de cara contra el suelo.
Todo el mundo me miraba con horror, fastidio, enojo, como si no pudiesen creerse lo que estaban viendo y en cierta forma tenían razón para hacerlo, su mentalidad de ellos estaba demasiado atrasada en comparación a la mía, es decir, los humanos del pasado eran demasiado tradicionales y, en pocos palabras, inferiores; o al menos la mayoría de ellos. Mientras que todos me miraban mal o con miedo me percate de algo, algo extraño que desencajaba de entre todos y hasta a mí me sorprendía, teniendo en cuenta que casi nada suele sorprenderme con la cantidad de años que llevo con vida, las cosas que he visto y sé, ya es mucho decir. Un chico, de entre el todo el tumulto de gente sonría, o más bien se reía, pero no parecía estar riéndose de mí, sino de lo que yo había hecho, era extraño...
Luego de aquél pequeño teatro ocurrido volví a sentarme a mi mesa, el humano cerdo que avergoncé frente a todos se largó rápidamente apenas pudo levantarse, con una mano sobre su nariz ensangrentada, parecía ser que el estruendo del golpe le había causado una pequeña hemorragia en la nariz...bien por mí. Comencé a husmear en la mente de las demás personas mientras revisaba desinteresadamente la el cuadernillo del menú que contenía los platos y bebidas del lugar, no había nada que realmente me interesara probar o que no haya probado ya antes. Gracias a mi pequeña investigación pude encontrar información sobre la tienda de ropa de buena calidad más cercana de donde me encontraba, no tenía en mente quererme topar con más de esos idiotas cerdos busca prostitutas durante mi semana de estadía aquí. La tienda se llamaba 'Jolie et Délicate', palabras en francés cuyo significado español sería el de 'Bonita y delicada'.
Siento una mano tocar mi hombro una repetitiva cantidad de veces hasta que me volteo, es ahí cuando me encuentro con esos ojos, unos grandes ojos verdes tan perfectos que podrían ser confundidos con la naturaleza y con esa película del siglo XXI de la tierra de los humanos que tanto ama Regina, mi hermanita, llamada Rapunzel. No me equivoco al decir que sus ojos verdes y gigantes, al igual que algo adorables, podrían ser la versión masculina de Rapunzel o la versión real de Dean Winchester de la serie Supernatural, también de la tierra de los humanos y la favorita del hermano mellizo de Aurora, Kendall. - Gran espectáculo el de antes, Julieta.-sonríe encantadoramente.
<< ¡QUÉ DIENTES TAN PERFECTOS! >> pienso.
- ¿Julieta? –río.
- ¿Qué acaso? ¿Acaso no has leído Romeo yJulieta y su gran historia?

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